Marzo, vuelves otra vez. Renaces con la ilusión de la primavera que comenzarás a extender a tu marcha. Espero con ansia que intensifique el color de la vida, que sople su brisa fresca y perfumada transformando la putrefacción que nos envuelve desde hace ya un tiempo inquebrantable. Un tiempo repleto de enfermedad y miseria que dejaste junto a una primavera descolorida, la de hace ya un año.
Un tiempo de soledades y tristezas, donde la muerte campa a sus anchas recordándonos insistente que ella también forma parte de esta vida. Donde aferrarse a los sueños continúa siendo la única y más maravillosa de las esperanzas.
Después de unos años paralizada, yerta, inerte y grisácea me aferré a las palabras para inspirar mi pasión, ellas me alzaron de nuevo hacia el sol, mi voz las capturó para siempre en una hoja blanca y allí quedaron grabadas, a veces con dulzura, otras con furor...
Ellas ocuparon mi tristeza y melancolía, e incluso sanaron mi dolor.
Pero tú vuelves con la promesa de una primavera mejor, y yo tomo tus colores transformándolos en nueva ilusión. Pigmentos mágicos iluminaran la sonrisa del anciano que tanto sufrió, colores pastel para atrapar la dulzura del niño que sin sus juegos se quedó. Adolescente sombrío, rebelde sin causa, los años perdidos se transformaran en experiencias fructíferas y tiempo lleno de creación.
Todos los demás borraremos los miedos para sumergirnos en nuestro interior...,en nosotros mismos. Y desde allí comprenderemos al otro, pues todos somos iguales, al menos en lo más importante, en las emociones y los sentimientos que nacen del corazón.
Sí, mi querida amiga, es una gran verdad lo que dices "todos somos iguales, al menos en lo más importante, en las emociones y los sentimientos que nacen del corazón" ... pero muy pocos lo saben poner en palabras como tú y ahí, al leer tu tan bello y dolorido texto, hay solamente un medio paso para la emoción brotar, un nudo en la garganta se formar y tambíén sentir crecer la ansia de esperanza de que hablas y que todos tenemos que abrazar. Un fuerte abrazo también para ti, Antónia. Bendita seas.
Eres modélica, gracias por poner rostro y voz a esas palabras calladas impresas que llegan a tantas personas.