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Nací en Higuera de la Serena, un pueblecito de Badajoz.

A la edad de 15 años me trasladé a Madrid y allí cumplí uno de mis principales sueños: estudiar Bellas Artes.
 

Pinto y escribo desde que tengo uso de razón y estoy segura de que mi personalidad, tímida e introvertida, fomentaron estas formas de comunicación, tanto visual como lingüística,  con las que me siento como pez en el agua.
 

Aunque nunca he dejado de comunicarme a través de estos medios,  ha sido hace algunos años cuando he sentido la necesidad de transmitir todo lo que llevo en mi interior como nunca hasta ahora la había sentido.

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Hace apenas un año se intensificó mi faceta expresiva escrita en detrimento de la pictórica debido a motivos de salud.

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"La vida a veces nos para los pies solo para que descubramos que tenemos alas", y yo desplegué mis alas cargadas de palabras y las impulsé a volar.

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Los colores, las formas, las texturas, los elementos plásticos se hermanan con la gramática y las palabras derramando historias pintadas en el blanco lienzo.

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Negro sobre blanco coloreando el mundo, corazones palpitando en letras salpicadas por el espacio infinito a la búsqueda de las ficticias realidades que apaciguan el espíritu.