Hace un tiempo que no pinto. Mis manos decidieron tomarse un descanso.Se quedaron sin fuerzas, doloridas y ásperas como hojas de otoño que el tiempo reseca. Preludio de un invierno que poco a poco se acerca, y va congelando sin tregua los años que aún restan.
Mientras tanto, despacito y con una sola mano, dejo salir las palabras de las teclas de mi alma. Dejo que fluyan, sin miedos, que griten sus nostalgias. Que acaricien recuerdos dormidos y persigan esperanzas.
A veces caen sobre el blanco, como el agua de una cascada, con tanta furia y rabia salpicada, que erosionan y rompen en llanto de lágrimas saladas.
Otras navegan tranquilas como la espuma, empujada por la suave brisa de un mar en calma.
Quieren contar sus verdades, y expresar el mundo, quieren vivir emociones y sentimientos desde lo más profundo.
Enmudecen por momentos, impotentes y solas, se hacen transparentes, se quedaron sordas. No llegan tan hondo como estoy sintiendo. Colores y líneas venid a mi encuentro y deslizaos prestos por el blanco lienzo. Cubrid la superficie del fondo, con las pinceladas de azules calmados y verde esperanza.
Que la línea fluya, que su gesto dance, que haga un recorrido de modo elegante. Que recorra el mundo y lo pinte de ternura, que deshaga el dolor y borre la locura.
Que el rojo carmín se haga siempre amor, y no sangre, que los ocres y amarillos iluminen las mentes de los más cobardes. Que fluyan las aguadas disolviendo el odio, que el blanco de titanio lo impregne de paz todo.
Que la envidia verde solo sea esperanza de admirar al otro y valorar su verdad franca.
Que los negros refuercen la luz y la elegancia, que la luna nos alumbre y nos haga brillar, pues somos como estrellas en el firmamento, iluminando el mundo desde la oscuridad.
Fragmento de "Miradas desde mi interior"
Pintando palabras Portalo
