A todos los perdedores
Da igual si son mejores o no, si no venden no hay nada que hacer. Cuántos trabajos buenos perdidos entre la inmensidad de esfuerzo y entusiasmo derrochados. Cuántas ilusiones rotas por falta de una triste visión comercial. Porque las obras necesitan receptores, aunque se piense equivocadamente que uno crea para él mismo y con eso es feliz. Ahora el creador no se basta con construir mundos nuevos, diferentes y atractivos; después de escribir un libro o pintar un cuadro comienz